En muchas ocasiones, en los procesos de separación y divorcio concurren circunstancias que los hacen ciertamente difíciles y muchas veces hay hijos menores de edad sobre los que hay que tomar decisiones acerca de la guarda y custodia, régimen de visitas , distribución de las vacaciones, en su caso, contribución a los gastos ordinarios y extraordinarios, decisiones acerca de los estudios, actividades extraescolares, viajes, etc. etc.

Cuando los sentimientos se anteponen a la razón pueden generarse situaciones nada deseables, viéndose los menores inmersos, como quien dice, de la noche a la mañana, en un proceso belicoso que no les corresponde y que en nada puede resultar beneficioso para ellos.

Desde hace ya algún tiempo, los Juzgados de Familia de Alicante, con muy buen criterio, han adoptado un decálogo que suelen incluir en sus sentencias, siempre con el fin de salvaguardar el interés superior de los menores. Este decálogo nos parece ciertamente interesante hasta el punto que en ‘Navarro & La Rosa Abogados Alicante’ siempre lo sugerimos a los progenitores en los convenios o pactos de convivencia que redactamos en los procedimientos de divorcio de mutuo acuerdo.

A continuación, 10 reglas básicas que, en caso de separación o divorcio, los progenitores nunca deben olvidar:

1º.- Nunca desacreditar al otro progenitor delante del menor, ya que ellos se sienten “parte de su padre” y “parte de su madre”, con lo que la crítica puede dañar su autoestima.

2º.- No utilizar al hijo como mensajeros entre los progenitores. Cuanto menos se sienta el menor parte de la pelea entre sus padres, mejor entenderá la situación.

3º.- Tranquilizar al hijo haciéndole entender que él no tuvo ninguna responsabilidad en la separación. Muchos de los menores asumen como propias las causas de la ruptura.

4º.- Animar al hijo a que vean con frecuencia al otro progenitor, haciendo todo lo posible por estimular las visitas.

5º.- Recordarse a uno mismo que los intereses propios no son los del hijo, por lo que no deben ser incluidos en ninguna negociación.

6º.- No pedir al hijo que actúe como “corresponsal-informador” en la casa del otro progenitor, es decir, no estimularlo para que cuenten cosas que no sean del interés del menor.

7º.- Pedir asesoramiento terapéutico para el caso en que cualquiera de los progenitores sienta que no puede  asumir el trance de la separación y que ello pueda influir en el menor, haciéndole aún más complicado afrontar con éxito la situación, ya de por sí difícil para él.

8º.- Cumplir con las obligaciones económicas, “alimentos” del hijo, de forma mensual y sin interrupciones, pues el único perjudicado sería el menor quien, además de tener que enfrentarse a una situación familiar compleja, debería soportar faltas materiales, lo cual puede tener un efecto permanente el resto de su vida.

9º.- En caso de que existiera algún tipo de discrepancia económica, no trasladar el enojo al hijo pues esto alimentaría en la menor el sentimiento de abandono, dificultándole aún más la situación.

10º.- Dentro de lo posible, no efectuar demasiados cambios en la vida del menor.